Un pacto por la vida

La colaboración médica cubana es una de las expresiones más relevantes de solidaridad internacional impulsada por Cuba desde el triunfo de la Revolución en 1959. Su origen formal se remonta a la primera misión médica enviada a Argelia, el 23 de mayo de 1963, cuando el país africano atravesaba una grave crisis sanitaria tras su independencia de Francia. En ese momento Cuba envió un grupo de 55 profesionales de la salud: médicos, enfermeros y técnicos que trabajaron en condiciones difíciles y sentaron las bases de un modelo de cooperación que se expandiría a lo largo de los años a más de 160 países en diferentes continentes.

Desde entonces la colaboración médica ha evolucionado y se ha diversificado estableciendo programas de asistencia en salud que incluyen atención primaria, formación de personal sanitario y respuesta a emergencias internacionales. En los años 70 y 80 Cuba consolidó su presencia en diversas regiones del mundo llevando brigadas médicas a América Latina, el Caribe, África y Asia para fortalecer los sistemas de salud locales. Además, con la creación de la Escuela Latinoamericana de Medicina en 1999 el país comenzó a formar médicos extranjeros con el compromiso de que una vez graduados regresaran a sus comunidades de origen a atender poblaciones vulnerables.

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Durante las últimas décadas las misiones médicas cubanas han desempeñado un papel crucial en la respuesta a crisis humanitarias y desastres naturales como la asistencia tras el huracán Mitch en Centroamérica en 1998 la intervención en la epidemia de Ébola en África Occidental en 2014 y la movilización de brigadas Henry Reeve para enfrentar la pandemia de COVID-19 entre 2020 y 2021, estos grupos de especialistas han trabajado en zonas de difícil acceso donde la infraestructura sanitaria es limitada brindando atención médica gratuita y contribuyendo significativamente a la reducción de la mortalidad en poblaciones afectadas.

El impacto de esta colaboración ha sido ampliamente reconocido por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud y Naciones Unidas que han destacado el modelo de asistencia médica implementado por Cuba como un ejemplo de cooperación desinteresada y efectiva en la mejora de la salud pública global. También, la presencia de médicos cubanos ha fortalecido el acceso universal a la salud y ha permitido la implementación de estrategias preventivas en países con sistemas sanitarios deficientes garantizando la atención de comunidades que de otro modo tendrían dificultades para recibir servicios médicos.