El sexto mes del año en Cuba
Llegamos al sexto mes del año 2024, un mes que nos recuerda a Ernesto Guevara, ese joven nacido en Argentina que se forjó bajo las balas en la Sierra Maestra y, cual Quijote con la adarga al brazo, tiene la empecinada costumbre de seguir renaciendo.
Por estos días también evocamos a Maceo, ese titán que envidiaría cualquier “superhéroe” del constructo ideal occidental. Santiaguero que resistió una veintena de heridas a lo largo de su intensa vida dedicada a la independencia de Cuba, y supo levantar la bandera en aquel acto sublime de Baraguá.
Junio, que da paso al verano luego de la primavera, se ha convertido en un mes de celebración y orgullo Patrio, no solo por el nacimiento de Maceo y Che, sino por la creación del Ministerio del Interior, ese órgano que se nutre del pueblo y que, en consecuencia, es garante de su seguridad e intereses "con elocuente y admirable eficacia", como lo calificaría nuestro Comandante en Jefe. Si nos detenemos en esta fecha estaríamos escribiendo por días sobre las hazañas de sus miembros que se consagran a la Patria, la Revolución y el Socialismo, muchas veces poniendo en riesgo sus propias vidas. Y fue precisamente en junio cuando Fidel vaticinó que: ¡Venceremos!
Gracias a la construcción de nuestra sociedad socialista, en esta tierra no solo se celebra la infancia durante el centésimo quincuagésimo segundo (152) día del año- o el centésimo quincuagésimo tercero (153) en los años bisiestos- sino que en cada jornada nuestros infantes nos impulsan a sortear cualquier obstáculo para ofrecerles un futuro mejor.
Si de niñez y junio se trata, no podemos olvidar que fue por estas fechas, hace ya 24 años, que este pueblo veía regresar con júbilo al pequeño Elián luego de siete meses de incansable batallar para que volviera a los brazos amorosos de su padre. Ni tampoco podemos perder la ocasión para, aprovechando los festejos el tercer domingo, agradecer a la figura paterna que ha sostenido nuestra mano a lo largo del camino.
También es este el mes ideal para reflexionar sobre nuestra huella medioambiental y replantearnos las relaciones que debemos mantener con nuestro entorno para garantizar la supervivencia de todas las especies que habitan el planeta; sabiendo que debe ser una tarea permanente y urgente.
Por otra parte, la consagrada labor del personal sanitario cubano, ese que ha llevado esperanza y salud a los más recónditos parajes del mundo y que cotidianamente debe enfrentar las carencias que provoca el férreo bloqueo estadounidense, nos hace conmemorar cada 3 de junio el Día de la enfermería cubana.
Justo en esa misma fecha vio la luz uno de los imprescindibles hijos de esta tierra, quien supo guiar a este pueblo por un camino seguro en medio de tanta hostilidad, siendo fiel y consecuente con el legado de su hermano. Y, por azares del destino, fue el décimo octavo día de este mes, hace diecisiete años que su eterna amada pasaría a la inmortalidad.
Como si no bastara con todo lo anterior, junio nos recuerda la brutalidad y el alto costo que tuvo que pagar el pueblo cubano, sobre todo la juventud, durante los años de la tiranía batistiana al evocar el asesinato de las hermanas Giralt.
Que este mes de lluvia y calor, en el que los ciclones nos obligan a estar alertas, sirva para resaltar la heroicidad del pueblo de Cuba, para reafirmar que las cubanas y los cubanos sabremos hacer frente y vencer los peligrosos vientos que soplan no solo durante el sexto mes del año.
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