El “bautizo” del Movimiento

Es 12 de junio de 1955. El joven Fidel Castro Ruz ha convocado a una casa en la calle Factoría no.62 a un grupo de compañeros para un reunión que definía el rumbo de la lucha y de sus vidas. Un mes antes, había sido excarcelado del presidio de Isla de Pinos, donde guardó prisión junto a muchos de sus compañeros por las acciones del 26 de julio de 1953. Ese día se definiría el nombre de la organización revolucionaria que daría continuidad a la lucha del Moncada, y se definirían además los principales frentes de combate a crear o consolidar dentro del Movimiento. Esa tarde-noche, después de propuestas y análisis, quedó constituida la primera Dirección Nacional del Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7). 

Setenta años después, este 12 de junio de 2025, la Oficina de Asuntos Históricos y la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, organizaron un panel de investigadores y protagonistas para conmemorar la significación de la fecha, en la sede del archivo histórico fundado por Celia Sánchez. 

La actividad estuvo presidida por la General de Brigada (R) Delsa Esther Puebla Viltre, vicepresidenta de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC); cor (r) César Alba García, jefe de Secretaría de trabajo patriótico de la ACRC; Raúl Troya García, segundo jefe de la Dirección de Preservación del Patrimonio Documental del Palacio de la Revolución; y Jorge Luis Aneiros Alonso, director de la Oficina de Asuntos Históricos. Como panelistas fungieron, junto al director del centro, los combatientes del MR-26-7, Julio Dámaso Vázquez y Ramiro del Río Pérez-Teherán. 

Fue una jornada en la que no solo se revivió el momento de simbolismo inicial, sino de lo que se consolidó a partir de entonces. A poco menos de un mes de la excarcelación de los moncadistas del presidio en Isla de Pinos, ya el máximo líder de la Revolución estructuraba un movimiento con los cimientos martianos de los jóvenes que asaltaron el Moncada el 26 de Julio de 1953 y que había ido reorganizando desde la prisión en Isla de Pinos. La divulgación de La Historia me Absolverá y sus indicaciones para reorganizar las fuerzas revolucionarias, marcaron también los pasos. Es por eso que el 12 de junio lo que se hizo fue “ponerle nombre a una criatura que había nacido tiempo antes”.

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En las intervenciones se rindió a tributo a los fundadores de aquella noche y también a quienes como Gerardo Abreu Fontán, Antonio Ñico López, los hermanos Ameijeiras, a Frank País, entre otros, comenzaron un arduo trabajo para multiplicar las fuerzas en todo el país. Se rindió tributo a las mujeres combatientes del Movimiento, a los que desde el exterior trabajaron para recaudar fondos y enviar de armas, a todos aquellos jóvenes que llenaron las paredes de Santiago y Guantánamo con graffitis de ”26 de Julio” respaldando a Fidel; a todos los que se mantuvieron fieles y acompañan a la Revolución. 

El Movimiento Revolucionario 26 de Julio tuvo la peculiaridad de que su dirección se mantuvo invariable, coherente y firme, y que protagonizó junto al pueblo el triunfo para luego llevar a cabo la construcción de la patria nueva. Es por ello que se destacó la capacidad de dirección del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien desde la prisión fue capaz de ir estructurando lo que luego a su salida de presidio sería aquella organización que derrocó la tiranía de Fulgencio Batista; que fue capaz de hacer los cambios necesarios en la estructura en diferentes momentos acorde a las necesidades de la guerra, y encabezó la lucha incansable por la unidad de nuestro pueblo. 

De especial simbolismo fue la presencia este 12 de junio de representantes de organizaciones juveniles como la FEEM, la FEU y la UJC. Y es que setenta años después de la fundación del MR-26-7, la Generación del Centenario de Fidel también se hace sentir hoy como heredera de la rebeldía y la capacidad del pueblo cubano para defender las causas justas que nuestros héroes coronaron.