Chávez: de Sabaneta, en Barinas, a la Historia de Venezuela y el mundo
Cuba ha tenido grandes amigos que han dejado en los cubanos una huella de amor, han hecho suya su causa y han profesado una amistad incondicional por más fuertes que sean las presiones. Sería inmensa la estela de nombres por mencionar, pero precisamente el 28 de julio, se recuerda al gigante de la patria bolivariana, Hugo Chávez Frías, en el 70 aniversario de su natalicio.
Todavía recogemos los frutos de la siembra y entrañable amistad que surgió tras el primer abrazo entre Fidel Castro y Hugo Chávez. Un encuentro caracterizado por una charla interminable, en la que Fidel formulaba preguntas como ráfagas, tomaba notas, y como buen sabio, adelantado a su tiempo, evaluaba la grandeza del joven militar.
Años más tardes en La Habana, en diciembre de 2009, al celebrarse el quinto aniversario de la fundación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), Chávez confesaría que «Desde aquel día de aquel abrazo, la humilde vida mía quedó sellada para siempre al lado del gigante que es Fidel».
Desde que asumió la presidencia de Venezuela en 1999 hasta su deceso en 2013, Chávez lideró los destinos de esa nación experimentando avances económicos y sociales para el pueblo, pero para muchos lo más importante y perdurable de su legado fue la revolución en las conciencias. Gracias a Chávez, se hizo palpable la idea de que los avances logrados, en estos últimos veinte años, son irreversibles y que cualquier pretensión de retornar al pasado tropezará con enormes resistencias populares.
De ahí su hincapié en describir, en sus incontables apariciones en el balcón del Palacio Miraflores o en su programa “Aló, Presidente”, la ferocidad del capitalismo, desmontar sus mentiras y describir «el sentido de cada una de las medidas que el socialismo lleva al pueblo». En una de sus reflexiones Fidel lo catalogó como “Educador infatigable” que «conoce bien, cuanto sufre el ser humano cuando él, su mujer, sus hijos, sus vecinos, no tienen nada, y unos pocos lo tienen todo».
De su alianza estratégica con la Mayor de las Antillas, surgieron importantes organizaciones integracionistas como el ALBA, como alternativa al Área de Libre Comercio para las Américas, impulsada por Estados Unidos. Este mecanismo regional, reconocido también por la promoción de la paz, la unidad, la solidaridad y la cooperación, cambió la historia de América Latina y el Caribe.
Desde su fundación el 14 de diciembre de 2004, promueve el bien común y los vínculos entre las naciones en todos los ámbitos, con énfasis en la solidaridad, la complementariedad y la justicia. Actualmente el ALBA- TCP cuenta con diez miembros plenos: Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Granada, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, y Venezuela.
Entre sus principales hitos, 4 millones 989 mil 400 personas fueron alfabetizadas y junto al ALBA-TCP, tres países latinoamericanos fueron declarados “Territorios Libres de Analfabetismo”: Venezuela (2005), Bolivia (2008) y Nicaragua (2009). De igual modo, la Misión Milagro devolvió la vista, de forma gratuita, a más de 6 millones de personas.
Sobre la formación y preparación de médicos, miles de jóvenes procedentes de América Latina, el Caribe y África se han formado en esta profesión de profunda vocación social y con una alta preparación científica, técnica, ética y humanística en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), con sedes en Cuba y Venezuela.
Otro gran logro de Fidel y Chávez fue la creación de PETROCARIBE en 2005, una alianza en materia petrolera entre algunos países del Caribe con Venezuela.
De Sabaneta, en Barinas, a la Historia de Venezuela y el Mundo. Chávez fue un luchador incansable que dedicó su existencia a la causa de los humildes, a la emancipación de los pueblos y que profesó la solidaridad y el internacionalismo como un modo de vida.
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