
El III Perfeccionamiento de la Educación en Cuba no es un proyecto cerrado, sino una transformación continua
En la segunda jornada de trabajo de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente del parlamento cubano, los diputados iniciaron su sesión con un análisis sobre los resultados del III Perfeccionamiento de la Educación y el Programa de Formación de Valores.
El encuentro contó con la presencia de los ministros de Educación y Cultura, Naima Trujillo y Alpidio Alonso, respectivamente, en un espacio donde se compartieron avances, líneas de acción estratégicas y hallazgos derivados de las comprobaciones realizadas por diputados y diputadas en sus territorios.
Silvia Navarro, directora del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas (ICCP), entidad que ha guiado la transformación educativa durante este perfeccionamiento, fue la encargada de presentar, por parte del Ministerio de Educación, el informe central. Desde el ICCP se ha promovido una visión renovadora del sistema educativo cubano, incorporando dimensiones que abarcan desde la formación en valores hasta la enseñanza de la historia, con un enfoque integrador y contextualizado.
Entre los conceptos clave abordados estuvo el fortalecimiento del papel de la escuela como centro cultural, desde una perspectiva creativa que promueve la articulación de todas las influencias educativas en el entorno comunitario. Esta concepción prioriza el vínculo entre cultura, valores e identidad nacional, con la escuela como agente coordinador en la transformación territorial.
Según lo expuesto, durante el próximo curso escolar se prevé avanzar en la evaluación de los materiales educativos correspondientes al segundo grupo del perfeccionamiento. En ciclos sucesivos se abordará el tercer grupo, cubriendo así todos los grados de secundaria, preuniversitario y dos grados de primaria. Esta metodología permitirá realizar un estudio de corte amplio sobre la implementación y el impacto de los materiales didácticos.
Es válido destacar que los resultados obtenidos han sido producto de un seguimiento sistemático que ha incluido visitas de inspección a instituciones educativas en La Habana, recorridos por 10 provincias como parte de la estrategia nacional, encuestas a docentes, directivos, estudiantes y familias, participación en el estudio regional comparativo aplicativo (ERCE) y la implementación de cinco tipos de investigaciones orientadas a evaluar variables de procesos.
Cuba avanza hacia una sistematización más profunda con la introducción progresiva de nuevos materiales, la evaluación de prácticas pedagógicas y el fortalecimiento de valores en el contexto escolar, así lo hicieron saber en esta comisión, a seis años de iniciado el proceso experimental del III Perfeccionamiento de la Educación.
La validación de los resultados ha contado con múltiples herramientas, como han sido pruebas de aprendizaje aplicadas en diferentes niveles educativos; el desarrollo de habilidades socioemocionales como parte integral del proceso formativo; la implementación de guías para la revisión de documentos que han orientado la evaluación curricular y un corte de profundización realizado por el equipo de investigación nacional.
La realización de una encuesta nacional aplicada a estudiantes, docentes, familias y directivos ha permitido identificar patrones, fortalezas y áreas que requieren ajustes en la implementación de nuevas formas de trabajo.
A partir de los estudios observacionales, se concluyó que persisten estilos de dirección escolar que limitan la flexibilidad pedagógica, como el hecho de que existen organizaciones educativas que aún no asumen un rol suficientemente protagónico ni participativo. Pese a los esfuerzos realizados, el trabajo en red entre instituciones educativas, actores comunitarios y autoridades territoriales no ha alcanzado el nivel deseado.
Además, se reconoce la necesidad de articular saberes, experiencias y estrategias bajo una lógica colaborativa que potencie la innovación en cada escuela como centro cultural.
Este perfeccionamiento no solo transforma contenidos y metodologías, sino que también coloca a la escuela en el epicentro de un proyecto cultural, social y ético en favor del desarrollo humano.
En el intercambio de los diputados, se destacó que el III Perfeccionamiento de la Educación en Cuba no es un proyecto cerrado, sino una transformación continua, transversal y contextualizada que reconoce la complejidad del aprendizaje y su carácter integral.
Desde la estrategia del Ministerio de Educación, se han retomado estudios de calidad que buscan estabilidad y profundidad en la medición del aprendizaje, aunque todavía se transita por etapas de ajuste, comparación y consolidación.
Los métodos y contenidos han sido flexibilizados, y existe un reconocimiento explícito de que la educación va más allá del aula. La implicación activa de agentes educativos, familias y directivos es cada vez más evidente, contribuyendo a una reforma pedagógica en sintonía con los desafíos sociales y culturales del país.
Los estudios regionales e internacionales permiten contrastar resultados, particularmente en grados críticos como tercero y sexto. Pero estos instrumentos son empleados como oportunidades formativas que permiten comprender dónde estamos y cómo podemos avanzar. Cuba introduce prácticas propias que explican resultados y nutren el perfeccionamiento con aportes locales.
El proceso, aún en implementación, requiere acompañamiento sistemático y permanente. La formación metodológica y docente debe mantenerse como eje, así como el diálogo fluido entre escuela, familia y comunidad.
La escuela cubana está llamada a ser más que un espacio de instrucción; es una institución cultural activa, adaptativa y comprometida con la formación integral.
Naima Trujillo, ministra de Educación, comentó que, con una preparación clara y una voluntad institucional de control y mejora continua, se avanza hacia una etapa de mayor coherencia, diversificación y sinergia.
El perfeccionamiento no es una meta fija, sino una brújula que orienta cambios significativos en el sistema educativo y que responde, desde la investigación-acción, a los valores y necesidades del contexto cubano, expresó.
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