
Una buena educación como eje esencial de la sociedad
A las puertas de la culminación del curso escolar, se cierra un ciclo de constante preparación de los alumnos, maestros, así como de los padres que apoyan bien de cerca este proceso. Acompañado a esto también se manifiesta el orgullo y satisfacción por las metas alcanzadas y el desarrollo de cada estudiante durante el curso y bajan las tensiones con respecto a las tareas y el cumplimiento de las actividades para dar paso a las esperadas vacaciones.
Este, como los anteriores, fue un curso retador por las modificaciones que se acometieron tras el enfrentamiento de la Covid-19 en Cuba desde el 2020. Un período que implicó un mejoramiento y enriquecimiento de las prácticas pedagógicas, más preparación de estudiantes y profesores y simular cualquier área del hogar como el aula por la escaza presencialidad en los centros escolares.
Si bien desde octubre del 2022 y en el presente curso 2023-2024, se escuchó el timbre de las escuelas, las notas del Himno Nacional y se respiró la alegría en los pasillos, aún quedaron muchos desafíos por enfrentar en este largo camino de la enseñanza. Al respecto, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez reiteró que la educación en Cuba debe caracterizarse por ser un proceso “sumamente creativo”.
El mandatario también se refirió sobre los nuevos conceptos; sobre cómo el tema educativo debe vincularse “a lo mejor del ideario pedagógico cubano”; sobre cómo buscar toda la flexibilidad que haga posible la continuidad de estudios; y sobre cómo defender, a través de una atención diferenciada, el talento que le va naciendo al país”.
El trabajo político-ideológico en las escuelas y la necesidad de hacerlo con compromiso; sobre crear las condiciones que propicien un debate institucional para mejorar el claustro; sobre cómo lograr que en medio de una situación compleja en lo económico y en lo social los jóvenes en situaciones de vulnerabilidad no se queden en desventaja ante el aprendizaje, habló también el Presidente cubano.
Desde los más pequeños hasta los adolescentes viven permeados por las nuevas tecnologías, las redes sociales y un estilo cultural muy diferente a lo auténticamente cubano. No es cerrarse al mundo ni dejar de asumir los beneficios que el entorno digital nos ofrece, pero sí exige de una formación de conciencia de las nuevas generaciones.
Formar a nuestros jóvenes como entes activos en la transformación de ese mundo hegemónico es vital. Desde la Mayor de las Antillas la apuesta debe ser aspirar a seguir contando con juventudes que se solidaricen ante los problemas del mundo, que tengan una cultura integral y que se distingan por su conocimiento y la forma de compartir esa sabiduría.
Sembrar valores, conciencia y hacer entender el complejo contexto que enfrentamos es una tarea compartida de profesores y padres. Es esa alianza estratégica la vía para que la buena educación siga siendo el eje de la sociedad.
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