
La herencia del 26 de Julio: Un legado de esperanza y lucha
De aquel glorioso 26 de julio de 1953 queda mucho más que las marcas de las balas en la pared. Ese día se escribió con sangre, sacrificio y valentía un hito en la historia de este pueblo que no se doblega ante la adversidad y la injusticia.
Para los cubanos significó también un himno a la dignidad y el faro que iluminó el camino hacia un futuro con destino propio.

Este hecho marcó un antes y un después, desbrozando el camino para la adquisición de autonomía y que pudieran resonar con fuerza las voces de los habitantes de esta Isla.
Tendríamos que dar la vida para defender las conquistas del 26 de julio porque nos liberó; el mundo conoció a Cuba gracias a ese acontecimiento, acotó José Antonio Sánchez Cortina, trabajador del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (CCPCC).
#Fidel, poco antes del #Moncada: "Si vencemos mañana, se hará más pronto lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de #Cuba, a tomar la bandera y seguir adelante”.
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) July 23, 2024
71 años después, Comandante, seguimos en combate. #LaHistoriaPorAsalto pic.twitter.com/2puwPLSsUr
Es símbolo de libertad, soberanía, independencia, fue esencial para erradicar las penurias que vivíamos en ese tiempo, agregó.
Emilia Ojeda Méndez, empleada del CCPCC, asegura que siempre supo que se estaba gestando un hecho histórico de gran importancia, que demostraba acendrado amor a la patria. Fue suceso, dijo, que dio a conocer más a Fidel, discípulo de José Martí, quien luchó incansablemente para conquistar por y para el pueblo la soberanía que disfrutamos.
El 26 fue el punto de partida, la demostración contundente de coraje y la determinación absoluta de cambiar el rumbo de Cuba.

Entre el puñado de valientes anhelantes de un amanecer diferente, brilló un titán, un héroe de mirada encendida, el Eterno Comandante.
Podrán vencer dentro de unas horas, o ser vencidos, pero de todas maneras, ¡óiganlo bien, compañeros!, de todas maneras este movimiento triunfará, expresó antes de comenzar el plan.
Han pasado más de seis décadas y esas palabras están vigentes, porque este legado nos impulsa a mirar hacia el futuro con la misma rebeldía y confianza de aquel entonces.

Significó un proceso de unidad de las fuerzas revolucionarias, del sentido de lealtad, dignidad y valentía política que trazaban el camino para acabar con la dictadura, sentenció el analista internacional Francisco Delgado Rodríguez.
El joven periodista Ariel Pazos Ortiz afirmó que las actuales generaciones deben ser consecuentes con el legado de los hombres y mujeres que protagonizaron esa hazaña, sinónimo de resistencia y unidad. Es un privilegio, además, contar con la presencia de algunos de esos líderes como el General de Ejército Raúl Castro y el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés, quienes hoy nos guían con su sabiduría y son símbolos de la nación.

Aunque ese día no se logró el triunfo absoluto, la semilla de la esperanza fue plantada para germinar en sueños cumplidos. La lucha fue dura, contra un enemigo poderoso y despiadado que logramos desafiar y vencer.
Como un fortín inexpugnable, el Moncada, hoy Ciudad Escolar 26 de Julio, sigue en pie, exponente fiel de una de las mayores conquistas de la obra de la Revolución.
El asalto fue una gesta heroica que simbolizó una lucha por la soberanía y la igualdad, transformando a un pueblo oprimido en un gigante de acero con la mirada fijada en un futuro de soberanía como destino final.
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