
Sancti Spíritus viste de rojo y negro
Bastó que se hiciera pública la decisión del Buró Político del Partido para que todo Sancti Spíritus viva días históricos. Desde entonces, la noticia de ser sede central de las celebraciones por el aniversario 71 de los asaltos a los cuarteles de Santiago de Cuba y Bayamo impulsa el quehacer cotidiano de los hijos e hijas de esta tierra.
“Creo, sinceramente, que nos lo merecíamos porque, a pesar de las muchas dificultades que tenemos, sobre todo después de la COVID-19, aquí no se han dejado de cumplir con los planes y nuestra gente está al pie del cañón”, acotó René López, jubilado del sector de la salud.

Desde que prefirió el descanso en casa, deja escapar las horas de las mañanas sentado en uno de los bancos del bulevar de la urbe del Yayabo. Allí, junto a sus amigos y, quienes cruzan por su frente, se habla de todo o casi todo.
“Como yo, muchos lo esperaban desde hace un tiempo. Otros se sorprendieron porque la vida está dura. Lo dice siempre nuestro Presidente, pero seguimos faja´os y eso es lo que nos permite celebrar esa noticia y todo lo bueno que nos llegue”.

Pudiera ser su nieta y, aunque las diferencias de edad marcan otras muchas distancias, Lorena Rosibel Fontela, estudiante de la enseñanza media coincide con muchos de los criterios de René.
“Cuando lo supe, fui de las que llegué rápido al parque y ahí estuve hasta que la conga dejó de tocar. En mi familia hay muchos cuentos de las celebraciones en el año 1986 y, en el 2016 era muy pequeña para recordar. Por eso, tengo que repetir también sus historias sobre esa sede nacional.
“Ahora la cosa cambia y no pienso perderme nada. De hecho, ya he estado asistiendo a las jornadas productivas convocadas por la Unión de Jóvenes Comunistas, (UJC), y en todo lo que venga estaré de primera. Tengo claro que mi aporte como joven y estudiante es mi Moncada”.

Y es cierto. Cada aporte es esencial en tiempos complejos como los que vive Cuba. Por ello, los colores de esta conmemoración tienen motivaciones diferentes a las experimentadas en 1986 y 2016, como secuelas propias de las dinámicas de la vida. Pero, el espíritu heredado de no ponernos de rodillas sigue intacto, tal y como opina el Doctor en Ciencias Filosóficas Juan Carlos Ramírez, profesor universitario.
“Se reconoce, dijo, una circunstancialidad, sin dejar de volver —y beber— a esa historia y buscar su espíritu de rebeldía, transformación, de cambiar todo lo que debe ser cambiado, para resolver los problemas que tenemos en el territorio, pero desde el orgullo y la búsqueda de lo que somos, de lo que nos hace ser cubanos en el contexto mundial”.

Quedan algunos días para que gran parte del pueblo espirituano se de cita en la Plaza Mayor General Serafín Sánchez Valdivia. Allí más que un acto de tributo a una fecha de honor y gloria será el sitio perfecto para el encuentro con la historia, cultura y las esencias de todo un país.
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