
Más allá del color: La lucha contra el racismo en la Cuba actual
Transcurre el siglo XXI y aún se impone preguntar en Cuba ¿qué es la raza?, ¿se aplica este término a la especie humana?, ¿cómo se comporta esta temática en la sociedad cubana actual?
El color de la piel, erróneamente es interpretado como sinónimo de raza. Este concepto se aplica a los grupos de individuos, catalogados como animales, dentro de una especie que se caracterizan por tener iguales capacidades y cualidades y que se diferencian de otros precisamente debido a dichos parámetros.
Entonces, ¿si científicamente se ha validado que no existen razas para la especie humana, sería siquiera correcto hablar de racismo, de la supuesta superioridad biológica, intelectual y estética de una persona sobre otra?
Rolando Julio Rensoli Medina, vicepresidente de la Comisión José Antonio Aponte de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), reiteró que no. En entrevista con el equipo del sitio web del Partido, manifestó que ninguna de las civilizaciones que nos precedieron usó este término, sin embargo la burguesía en su conquista de América, posteriormente en la colonización de África y Asia, lo tergiversó con el propósito de negar derechos, humillar y maltratar a personas “diferentes”, bajo el criterio de que son inferiores. “Se establecieron muy tempranamente desde poderes hegemónicos —económicos y políticos—, y estos conformaron mentalidades colectivas y patrones de conducta perversos y discriminatorios, agregó Rensoli Medina.
En Cuba, desde los primeros albores de la Revolución existió la voluntad política por parte del gobierno de eliminar cualquier rezago que tuviera que ver con la discriminación racial, el cual Fidel Castro calificó como uno de los problemas sociales más serio de dicho período.
Luego de un amplio proceso de discusión, que conllevó acciones en el ámbito nacional e internacional, donde el Partido también desempeñó un rol esencial con un grupo de trabajo atendido por la esfera ideológica y por la máxima dirección del país, desde noviembre de 2019 el Consejo de Ministros de Cuba aprobó el Programa nacional contra el racismo y la discriminación racial, nombrado “Color cubano”, que a su vez, es ejecutado por una Comisión Nacional encabezada por el Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
El Programa Gubernamental propone actuar sobre las causas del racismo de manera multidimensional y desde un enfoque integral afirmativo, argumentó el también filósofo duramte la entrevista, al mismo tiempo que agregó, que para su implementación y seguimiento labora una Comisión Nacional integrada por una treintena de representantes de ministerios, instituciones y organizaciones cubanas
“Las personas se cuestionan si no existen las razas por qué utilizamos el término racismo en el nombre del programa. A pesar, de que somos conscientes que este término anticientífico no existe, sí existe el racismo. O sea, hay toda una conceptualización teórica de racializar al ser humano, y al racializarlo, pues, se toma una actitud de racista”, explicó el investigador.
“No existen razas, existen tres diferencias de los seres humanos. Genotípica interna, fenotípica externa y étnica desde el punto de vista cultural”, recalcó.
¿Cómo se define el racismo, la discriminación racial en el programa, teniendo en cuenta el contexto actual cubano
Todavía existen personas, que desde el punto de vista psicológico, o sea intelectual, físico y estético consideran que existen grupos de personas más hermosas que otras, más inteligentes o más propicias para determinadas cosas, esas son acciones concretas de racismo y discriminación que a partir de esa teoría hace que las supuestas razas superiores tengan el don, el favor, la gracia de poder discriminar a las demás.
El Programa pone el tema sobre el tapete de discusión y aunque en su letra y en la constitución el término raza fue eliminado, es difícil asegurar que ya nadie lo va a utilizar.
Por lo tanto, nos definimos como un pueblo cubano genéticamente mestizo- todos tenemos genes ancestrales-; fenotípicamente diverso - la especie humana tiene 110 tonalidades de piel, y en Cuba se ha demostrado científicamente que hay 105 y étnicamente un solo pueblo porque no existe minorías étnicas en Cuba,
Con respecto al enfoque, precisó que el programa no pretende ser solo un slogan, sino que se proponen implementar acciones concretas, visibles, que beneficien al que es discriminado e integrarlo con acciones puntuales.
Agregó, además, que tiene un objetivo general, tres objetivos específicos y todas las metas e indicadores. Desde su implementación se aprobaron 70 indicadores, los cuales fueron readaptados a este nuevo enfoque. Como paso superior, establecimos los subprogramas, que hasta el momento son 12 y podrán ser más en un momento determinado.
Los subprogramas, se instrumentan a través de 16 Planes territoriales contra el racismo y la discriminación racial (15 provincias y el MEIJ) con sus propios objetivos, indicadores, tareas y metas, así como los planes nacionales contra el racismo y la discriminación racial de cada Organismo de la Administración del Estado, con sus propios objetivos, indicadores, tareas y metas.
«El racismo es un fenómeno cultural, por lo que este programa no puede quedar en el slogan. Debe tener acciones concretas en cada localidad y en cada esfera, exige que nos miremos por dentro y ver cuáles son las problemáticas y cuestiones particulares que subsisten de cada lugar».
Se trata de un fenómeno, explicó también Rensoli, que posee, además, un trasfondo económico y sicológico. Las raíces más fuertes son las sicológicas, insistió. «Hay personas que involuntariamente practican el racismo, por lo que no lo aceptan en el orden ético. No basta con el discurso de que nos asumimos mestizos, sino que realmente hay que interiorizarlo y actuar en consecuencia con ello».
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