Estrategia Ambiental Nacional (EAN): Instrumento clave para protección y uso sostenible de recursos naturales
La creación del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en 1994 marcó un hito en la gestión ambiental de Cuba, impulsando una política nacional y fortaleciendo el marco institucional. Sustentada sobre esta base, se desarrolló la Estrategia Ambiental Nacional (EAN), un instrumento clave para la protección y el uso racional de los recursos naturales.
Los objetivos de la estrategia se basan principalmente en incrementar la protección a nuestros recursos naturales y a su uso sostenible, expresó la Dr.C Odalys C. Goicochea Cardoso, Directora General de Medio Ambiente del Citma.
Añadió que esto responde a los Lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución e igualmente está alineada con todo el proceso del Plan nacional de desarrollo económico y social hasta el 2030.
Aprobada por primera vez en 1997 y revisada en 2007, 2011 y 2016, la EAN se convierte en la expresión de la política ambiental cubana, identificando los principales problemas y estableciendo prioridades y líneas de acción, según se plasma en la vigente Ley 150 de Medio Ambiente, en su Artículo 115 Capítulo II.
Dicha Ley establece en su Artículo 17 que corresponde la aprobación de este instrumento al Consejo de Ministros o a su Comité Ejecutivo. Sin embargo, solamente ha sido adoptado oficialmente el ciclo 2007- 2010, por un Acuerdo del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros que facultó al CITMA para ponerlo en vigor a través de la Resolución 40 de 2007.
En las bases del Plan de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 (PNDES), en lo referente a Recursos Naturales y Medio Ambiente, se declara a la estrategia como "base de la política ambiental cubana”, destacando su importancia para el desarrollo sostenible del país.
Cuba no está exenta de los impactos de las crisis globales y de su propia problemática ambiental. Es por ello que se enfatiza en acciones que reduzcan o eliminen los efectos de la contaminación a los recursos naturales (principalmente las aguas terrestres y marinas; atmósfera y suelo) y a los ecosistemas como las cuencas hidrográficas, las bahías y zonas montañosas. Se han adoptado, además, políticas para el manejo de residuos y desechos peligrosos.
Cabe destacar los esfuerzos realizados en consolidar políticas que posibiliten el desarrollo del país en condiciones de un clima cambiante, considerando la reducción de las emisiones de los gases de efecto invernadero, como se pudo constatar en el recién concluido ciclo de la EAN.
Una mirada retrospectiva, según explicó Goicochea Cardoso, permite valorar los avances logrados en materia ambiental en la Isla, reconociendo los desafíos que aún quedan por enfrentar.
Nos encontramos cerca de alcanzar la meta de un 33% de cobertura forestal, un resultado fruto del trabajo constante y en conjunto durante estos años. La diversidad biológica, un elemento esencial para el país, también ha sido objeto de atención y trabajo aseguró.
Un enfoque renovado y más estratégico en la protección del entorno con el fin de lograr su recuperación resiliente y sostenible propone este estatuto. Las evaluaciones realizadas comprueban que se han mejorado diversos indicadores. No obstante la Mayor de las Antillas presenta desafíos significativos que demandan mayor inversión y atención.
La degradación de los suelos, las afectaciones a la cobertura forestal, la contaminación, la pérdida de la diversidad biológica y deterioro de los bienes y servicios ecosistémicos; las carencias y dificultades con el manejo, la disponibilidad y calidad del agua, los efectos negativos del cambio climático y el deterioro de las condiciones higiénico-sanitaria en los asentamientos humanos, son problemas urgentes que requieren soluciones integrales y una acción coordinada de todos los actores sociales.
La EAN se convierte, así, en el principal instrumento de la Política Ambiental cubana para abordar estos desafíos. Su misión es identificar problemas, y establecer las direcciones estratégicas para su solución.
Para lograr esta transformación, se establecen siete principios rectores:
1. Sostenibilidad
2. Prevención
3. Equidad
4. Territorialidad y descentralización
5. Enfoque ecosistémico
6. Participación activa
7. Ciencia e innovación
Si pretendemos crecer y desarrollarnos en lo económico y avanzar en lo social es fundamental ver la dimensión ambiental en todos los procesos, de ahí la importancia de la Estrategia Ambiental Nacional, indicó la Directora General de Medio Ambiente del Citma.
Insistió, además, en la importancia de integrarse, de continuar trabajando para avanzar y lograr progresos prósperos y sostenibles.
Es un objetivo común, para cualquier nación, para nuestra Patria es un deber y un compromiso, finalizó.
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