La Defensa Civil de Cuba, un pilar fundamental ante el paso del ciclón Oscar y la inminente amenaza de la tormenta Rafael

El paso del ciclón tropical Oscar por la región más oriental del país puso a prueba, una vez más, la valía de los hombres y mujeres que integran el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil en nuestro país.

El 11 de julio de 1966 se aprobó la Ley 11/94 que oficializó el surgimiento de la Defensa Civil cubana, luego de la traumática experiencia que trajo a los connacionales la pérdida de unos mil 200 compatriotas de la región oriental, a consecuencias del paso del huracán Flora en 1963.

En Cuba, la Defensa Civil constituye un sistema de medidas defensivas de carácter estatal previstas desde tiempos de paz y que se aplican ante situaciones excepcionales. Esta, a su vez, forma parte del Sistema de Defensa Nacional.

La Mayor de las Antillas ha demostrado ante el mundo que su pueblo posee una cultura de Defensa Civil y de reducción de desastres, adquirida en el curso de más de medio siglo enfrentando las más diversas y difíciles situaciones excepcionales.

Con un esfuerzo concienzudo, el Estado se propuso movilizar e implicar a todas las fuerzas de la sociedad en la tarea organizada y bien estructurada de la protección de vidas y bienes materiales ante desastres naturales y otras situaciones de emergencia.

El trabajo intenso comenzado desde entonces se vio reforzado en 1977 con la Ley 13/16, dirigida al perfeccionamiento de acuerdo con la nueva división político-administrativa ocurrida el año anterior y de la que nacieron nuevas provincias y municipios cubanos.

Posteriormente, en 1994, se aprobó la Ley 75 de Defensa Nacional, que patentiza la voluntad política del Estado como ente dirigente de la vital institución. El presidente del Consejo de Estado es la máxima autoridad de la Defensa Civil, aunque en la práctica funciona un Estado Mayor de autoridades y expertos, ejecutores y coordinadores principales de sus objetivos de trabajo.

Igualmente, la creación de los Consejos de Defensa en los distintos niveles territoriales dio un mejor acabado y sentido de profundidad necesario al abarcador sistema.

Ha sido la propia vida, como se afirmó al principio, quien se ha encargado de tributar periódicamente, y aún de manera inesperada, contenido de trabajo y pruebas de fuego, tanto al Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, como a todo el sistema de estructuras homólogas diseminadas en provincias y municipios del país.

Desde su surgimiento este órgano ha enmarcado, cada vez en forma más concisa, la amplia gama de tareas que cumplen. En estos últimos fenómenos meteorológicos, como en los anteriores, sigue siendo vital su aviso oportuno, la salvaguarda de los recursos naturales, estatales y económicos, y, sobre todo, la protección a las personas y sus bienes. Otra de sus principales encomiendas es educar, preparar y capacitar a la población ante tales desastres.

La Defensa Civil después del paso de Oscar

Las fuertes lluvias y vientos ocasionaron inundaciones, derrumbes y daños significativos en viviendas, escuelas y hospitales. La capacidad de respuesta de la Defensa Civil fue puesta a prueba en un contexto de emergencia.

Desde el momento en que se emitieron las alertas, la Defensa Civil activó su plan de contingencia. Se realizaron evacuaciones en zonas de alto riesgo y se establecieron albergues temporales para garantizar la seguridad de las personas. La comunicación constante con la población fue fundamental para mantener la calma y asegurar la información necesaria.

Los hombres y mujeres que integran este órgano del Estado, una vez pasado el evento meteorológico, llevaron a cabo una evaluación exhaustiva de los daños. Equipos de la Defensa Civil, junto con autoridades locales, recorrieron las áreas afectadas para determinar la magnitud de la destrucción. Dicha evaluación permitió priorizar las acciones de recuperación y asignar recursos de manera efectiva.

El proceso de recuperación en Guantánamo comenzó de inmediato. Se implementaron programas de asistencia para la reparación de viviendas y la restauración de servicios básicos como agua, electricidad y salud. La comunidad se unió para ayudar en las labores de limpieza y reconstrucción, fortaleciendo el tejido social.

La Defensa Civil, en colaboración con otras instituciones, trabajó en el fortalecimiento de la infraestructura local. Se realizaron mejoras en los sistemas de drenaje y se construyeron muros de contención para prevenir futuros desastres. Estas acciones buscan minimizar el impacto de huracanes futuros.

Hoy, nuevamente Cuba se prepara para enfrentar el azote de la Tormenta Tropical Rafael, que se intensifica en el mar Caribe; la Defensa Civil activó los protocolos de emergencia.

El papel de la Defensa Civil en Cuba es vital para la protección de la población ante fenómenos naturales como huracanes. La respuesta tras el huracán Oscar, así como la preparación para Rafael, demuestran la importancia de la planificación, la capacitación y la colaboración interinstitucional. La experiencia adquirida permitirá mejorar continuamente las estrategias de gestión de desastres en el futuro.

Los huracanes son una realidad en la región del Caribe, y la Defensa Civil debe seguir innovando y adaptándose a los nuevos desafíos. La preparación y la educación de la población son fundamentales para mitigar los efectos de estos fenómenos y construir comunidades más seguras y resilientes.