En Fidel encontrarán siempre inspiración los historiadores cubanos

Queridos delegados e invitados:

Compañeras y compañeros historiadores:

La realización de esta IX Asamblea General de Asociados de la Unión de Historiadores de Cuba en las actuales circunstancias es un indiscutible logro de ustedes.

Frente a los disímiles obstáculos que nos imponen una cotidianidad caracterizada por la asfixia económica y la intoxicación comunicacional a que nos somete el enemigo de la nación cubana, ustedes han demostrado una admirable voluntad.

Esas circunstancias, obligaron a aplazar varias veces este encuentro y, más recientemente, las limitaciones energéticas volvieron a poner en entredicho la posibilidad de realizarlo en esta fecha. Pero aquí estamos.

El período que transcurrió desde la VIII Asamblea no fue menos complejo. La COVID-19 impuso condiciones inéditas al trabajo de la organización. Y nos cobró valiosas vidas de colegas.

Después de tan intensos años, resultaba imprescindible volver a encontrarnos y debatir sobre lo realizado y las deudas que aún nos impelen a hacer más y mejor por nuestra historia.

El mundo vive una crisis multidimensional de proporciones colosales. El capitalismo acelera la autodestrucción de la especie humana y exacerba apropiación de todos los procesos de producción y reproducción de la vida material y espiritual de la humanidad.

La memoria es también objeto de una disputa de sentidos. La lucha ideológica tiene en la historia uno de sus más connotados escenarios de confrontación. Colonizar nuestras raíces, vaciar de épica nuestra memoria, denigrar a nuestros héroes y suplantarlos por falsos profetas constituye el leitmotiv de la maquinaria de manipulación de las nuevas derechas proimperiales.

Cuentan con las poderosas herramientas de los emporios algorítmicos globales que una vez más secuestran extraordinarios avances tecnológicos como el procesamiento de grandes volúmenes de datos y la inteligencia artificial para colocarlos en beneficio del capital y de la guerra y no del ser humano, como hacen ahora ante el genocidio de Israel contra el pueblo palestino.

Por tanto, el conocimiento de la historia se convierte en el mejor antídoto para desterrar la ignorancia y para comprender las esencias del mundo de hoy. Con visionaria conciencia, Fidel afirmó que la Historia es la materia más importante para el concepto de cultura general integral. Y agregaba que nosotros tenemos que saber mucha Historia de Cuba por una cuestión de identidad, para que nosotros nos sepamos valorar a nosotros mismos, para que nuestro pueblo se valore a sí mismo.

He ahí la importancia de este encuentro y del papel de la Unión de Historiadores de Cuba, que de manera relevante ustedes han demostrado en estas enriquecedoras y democráticas jornadas.

En el informe presentado a la Asamblea y en los debates y la relatoría de las comisiones se constata cuánto ha avanzado la asociación en estos años.

Se realizaron importantes cambios organizativos, que incluyeron la modificación de los estatutos, en la composición interna y la elección de los órganos de dirección, así como en el proceso de ingreso.

Se ha fortalecido el crecimiento de los asociados. Que cada municipio de Cuba cuente con al menos una sección de base demuestra la fuerza de la organización y el enorme potencial de su membresía.

Resulta encomiable la conformación de un sistema nacional de eventos científicos, que cubre todos los periodos históricos y los principales ámbitos de trabajo de los asociados. Igualmente meritorio ha sido la organización con calidad y proyección nacional y comunitaria de los Congresos Nacionales de Historia.

Estimulante contribución ha sido la creación de las Becas UNHIC, junto a una mejor proyección del Concurso Nacional de Investigación Histórica.

Son alentadores los lazos de colaboración y coordinación con la Academia de la Historia y el Instituto de Historia de Cuba, así como con otras instituciones vinculadas a la actividad investigativa, como ha sido reconocido en esta sesión.

De relevancia también han sido las diversas acciones para mejorar la protección del patrimonio histórico de la nación. Importantes consideraciones se expusieron aquí sobre los museos y los archivos, que deben ser atendidos con premura.

La comunicación de la Historia muestra significativos avances. Con la Unión de Periodistas de Cuba y el Instituto de Información y Comunicación Social se han logrado encauzar varios proyectos que hay que seguir perfeccionando, con acciones más efectivas de promoción y participación, incluido un mayor vínculo con la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales.

No obstante, se impone una revolución en la comunicación de la Historia que trascienda el enfoque mediocéntrico y se despliegue en todos los ámbitos y espacios, formatos y canales. Comunicar en el espacio digital, con énfasis en el audiovisual, de manera atractiva, emotiva y estéticamente renovadora, será fundamental para cautivar a niños, adolescentes y jóvenes.

El apoyo a la enseñanza de la Historia, junto a maestros y profesores, constituye una tarea ineludible que se deberá seguir impulsando por la UNHIC en coordinación con los organismos formadores. En la escuela cubana está la semilla para cultivar el amor por la historia patria.

De igual manera, la labor editorial propia, con sus sellos editoriales Ediciones UNHIC y La Mezquita, representa una alternativa ante las limitaciones de la industria poligráfica, lo que ha permitido la publicación de decenas de textos, la mayoría en formato digital. De igual modo, la revista El Historiador, los boletines informativos y otras publicaciones digitales en las filiales son vehículos importantes para dar a conocer la obra de los asociados. Debemos dotarlas de mayor visibilidad y promoverlas aún más.

La vida social de la UNHIC ha crecido en estos años. Hoy está más reconocida nacionalmente y a nivel local. Las jornadas por el Día del Historiador Cubano, la celebración del aniversario de su fundación y la participación en espacios convocados por otras entidades y organizaciones así lo atestiguan.

La estimulación de los historiadores se ha consolidado, tanto con la entrega y repercusión del Premio Nacional de Historia, como con la aprobación en el periodo del Premio Provincial, y la ampliación de los diplomas nacionales de reconocimiento.

Otras tareas y actividades requieren un mayor impulso, como la terminación de las historias provinciales y municipales, cuyo avance es lento y necesita de todo nuestro apoyo.

La aprobación del reglamento interno, que complemente los Estatutos, y la profesionalización de algunos cargos dotarán a la asociación de una mayor capacidad organizativa y un funcionamiento más integral desde la nación hasta las filiales y de estas hasta las secciones de base.

En el mejoramiento de las sedes sociales se lograron avances innegables a lo que habrá que dar seguimiento para mantener lo alcanzado y buscar alternativas en los territorios aún pendientes.

Se necesita concretar en el próximo mandato la política nacional de atención a la Historia y a los historiadores, incluyendo la institucionalización de los historiadores municipales. Los pasos encaminados permitirán concluir este asunto exitosamente en un futuro mediato.

Desde la dirección del Partido concedemos gran importancia a la labor de la asociación en los momentos actuales. Los fines de la UNHIC y su contribución al desarrollo de las ciencias históricas es parte indisoluble de la sociedad revolucionaria cubana.

Aprovecho para trasladarles el saludo y el reconocimiento de nuestro Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, quien ha alentado siempre la labor de la organización.

Resulta fundamental afianzar la unidad de los asociados en torno a los principios de la Revolución, defender los intereses profesionales de todos sus miembros, estimular la creación científica, y la labor de promoción y conservación de la memoria histórica y el patrimonio, la superación y la actividad docente de sus asociados.

La UNHIC es insustituible en su labor de asociar a los profesionales vinculados a las ciencias históricas para contribuir al desarrollo de esas disciplinas en el país; en la definición de la política científica que orienta y ejecuta el Estado cubano; en la formación y desarrollo ideológico, político, cultural, científico y técnico de sus asociados; en la socialización del conocimiento histórico y la consolidación de la conciencia patriótica nacional; en la colaboración con otras asociaciones nacionales e internacionales a fin de contribuir al enriquecimiento de la actividad científica en Cuba.

En tal sentido, la proyección externa de la UNHIC y la articulación con organizaciones afines en otros países debe ser una prioridad en el próximo mandato.

Igualmente esencial debe ser el rol de la UNHIC en la formación de las jóvenes generaciones, y su colaboración con las instituciones encargadas de la enseñanza de la Historia en todos los niveles educacionales; en el apoyo a la protección y salvaguardia del patrimonio cultural de la nación, y en la comunicación del desarrollo de las ciencias históricas.

Al culminar esta IX Asamblea General, queremos reconocer el trabajo de quienes concluyen su mandato, cuya actividad básicamente no profesional ha descansado en una elevada consagración personal.

Como ha sido expresado en varias de las intervenciones durante el proceso orgánico previo y en las comisiones de esta Asamblea, merece un reconocimiento por su entrega y capacidad para aunar voluntades y encauzar las transformaciones de la Unión durante este período, el compañero Jorge Luis Aneiros, a quien felicitamos por su reelección al frente del Secretariado y le deseamos nuevos éxitos en la conducción de la UNHIC.

A los miembros del Secretariado y el Comité nacional que asumen las nuevas responsabilidades, los convocamos a la unidad, y a cuidarla más que a la niña de los ojos, como nos llamó el General de Ejército Raúl Castro Ruz el 1ro. de Enero en el aniversario 65 del triunfo de la Revolución.

Los convocamos, además, a concentrarse en las tareas y a solucionar con sentido creativo los problemas que entorpecen la labor colectiva.

Mantienen plena vigencia las ideas del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en aquel encuentro memorable con historiadores en el año 2000, cuando llamó a estar unidos y organizados y atacar todos con las mismas fuerzas en una misma dirección.

En la obra, el pensamiento y la vida del líder histórico de la Revolución cubana encontrarán siempre fuente de inspiración las actuales generaciones de historiadores cubanos, la Generación del Centenario de Fidel.

¡Que viva la Unión de Historiadores de Cuba!