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El Pico Turquino: coronar el punto cumbre de Cuba  (I)

Katherin Hormigó Rubio
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Desde el año 1952 fueron varios los cubanos que, movidos por su patriotismo y devoción al Héroe Nacional, se juntaron para pensar cómo organizar un homenaje digno de su figura para el año entrante, cuando cumplía la significativa efeméride del centenario de su nacimiento.

En el oriente del país se localizan las más altas elevaciones del archipiélago cubano, las cuales estan subdivididas en tres cadenas montañosas. Una de estas cadenas es la Sierra Maestra, donde se erige el Pico Turquino, la más alta de las montañas de Cuba, que alcanza los 1974 metros sobre el nivel del mar.

Enmarcada en el territorio que hoy conforma el Parque Nacional del Turquino, esta montaña fue explorada por el geógrafo flamenco Gerardo Kramer, quien la bautizó con ese nombre a finales del siglo XVI.

Cabe destacar que antes de 1953, el ascenso al Pico solo resultaba de interés para algunos alpinistas, investigadores arqueológicos, instituciones especializadas en estudios geográficos y geológicos, así como a unos pocos compatriotas que se animaban a escalar la montaña más alta de Cuba.

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A decir del Dr. Manuel Sánchez Silveira, “Por tierra o por mar, el viaje hasta allí es de una belleza única. El grandioso escenario natural, de cambiante color, de montañas agrestes, el mar verde-azul. Como centro de atracción turística no tendría rival”.

Desde el año 1952 fueron varios los cubanos que, movidos por su patriotismo y devoción al Héroe Nacional, se juntaron para pensar cómo organizar un homenaje digno de su figura para el año entrante, cuando cumplía la significativa efeméride del centenario de su nacimiento.

Entre aquellos patriotas sobresalían los egresados del Seminario Martiano, espacio desarrollado como aula en la Universidad de La Habana, donde existía un renovador espíritu martiano, bajo la fundación y conducción dese 1941 del Dr. Gonzalo de Quesada y Miranda, quien era, además, el Presidente de Honor de una asociación que constituyeron sus antiguos alumnos del Seminario, bajo el nombre de Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario Martiano (AAASM).

El 28 de enero de 1952, en ocasión del aniversario 99 del natalicio de Martí y justo cuando comenzaba a correr el año 100 de su nacimiento, quedaba inaugurada en la capital la Fragua Martiana, surgida del esfuerzo de la AAASM, la cual tenía entre sus fines servir de sede a la Asociación, mostrar al pueblo las pertenencias de Martí que estaban en poder de Quesada -quien además fue elegido su Director- y, al mismo tiempo, salvaguardar lo que quedaba de las otrora canteras de San Lázaro.

Solo 41días después de inaugurada la Fragua, el país se despertaba estremecido por el Golpe de Estado de Fulgencio Batista con el que se quebrantaba el orden constitucional regido por la Constitución de 1940. A pesar de la convulsa situación que desde ese momento caracterizó el clima sociopolítico, el 9 de abril de 1952 la AAASM constituyó la Comisión del Centenario Martiano, encargada de organizar las actividades que, con carácter nacional, se realizarían para conmemorar el natalicio del Maestro.

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Llegado 1953, se organizaron en Cuba numerosas actividades para celebrar la histórica fecha. Exposiciones, encuentros culturales, y conferencias sobre la vida y la obra de Martí se realizaron en toda la isla. La AAASM no fue la excepción y, de conjunto con la Fragua, a través de la Comisión creada desde el año anterior, concibió sin más recursos que los propios y la inmensa vocación martiana de honrar al más universal de los cubanos, un gran programa de homenaje. Una de las socias, la joven maestra pinareña Emérita Segredo Carreño propuso en una reunión que esa institución colocara un busto de Martí en el lugar más alto de nuestra Patria: el Pico Turquino.

En una entrevista al diario El País, en 1952, la joven expresó: Cuba coloca al Apóstol en su lugar más alto, materialmente, y en lo moral señala que desde allí se encontrará siempre vigilante, como un faro de luz vivísima y ejemplar, para que señale el buen camino a las generaciones de cubanos”.

 

El surgimiento de una noble empresa

Tan noble y patriótica iniciativa fue acogida con entusiasmo y compromiso, y el Dr. Quesada, a quien la Comisión del Centenario designó como Director General del proyecto, la apoyó de inmediato, por lo cual contactó con la joven escultora Jilma Madera Valiente -quien había realizado el simbólico frontispicio de la Fragua Martiana: un libro abierto del cual surge una llama que forma una estrella- y le pidió que hiciera un busto idéntico al que ella había donado a esa institución, que se exhibía en uno de sus salones.

El busto de Martí fue fundido en bronce en los talleres del Ministerio de Obras Públicas. Allí igualmente se forjó la tarja que lo acompañaría. La réplica que modeló Jilma para colocarla en el Pico Turquino era más pequeña, de unas 163 libras de peso para facilitar su ascensión.

La frase que sería colocada en la tarja se sometió a concurso y fue la propia Jilma la que ganó con su propuesta: “Escasos, como los montes, son los hombres que saben mirar desde ellos, y sienten con entrañas de nación, o de humanidad”. Esta sentencia llena de simbolismo y tan ajustada al contexto de los objetivos de la AAASM, aparece en la carta que le escribió a su amigo dominicano Federico Henríquez y Carvajal, el 25 de marzo de 1895.

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Conscientes de la complejidad del proyecto, para su ejecución se solicitó la cooperación técnica del Instituto Cubano de Arqueología (ICA), que presidía Roberto Pérez de Acevedo, el cual, junto a un grupo de especialistas, rindió un informe técnico con los requerimientos para desarrollar la noble empresa.  Uno de los puntos de dicho informe recomendó como director técnico de la expedición al Dr. Manuel Sánchez Silveira, con quien desde finales de 1952 se había contactado. Sánchez Silveira era un ferviente martiano, delegado del Instituto Cubano de Arqueología en Oriente, médico manzanillero e incansable arqueólogo de las zonas montañosas de la Sierra Maestra, quien, dominando el terreno, resultaba clave en la concreción de la iniciativa de colocar en la cima de Cuba el busto del Apóstol.

La primera gran tarea del Dr. Sánchez Silveira fue contactar con el propietario de las tierras dentro de las cuales se ubicaba el Turquino, el marqués español Álvaro Cano, quien explotaba los terrenos con el negocio forestal, para solicitarle su autorización. La gestión del médico manzanillero fue exitosa, a tal punto que el referido dueño no solo otorgó su permiso, sino que indicó a su administrador, el también español Antonio Moreno, que prestara todo el apoyo necesario, siendo figura clave para el éxito de la misión.

La construcción del monumento

Para la construcción de la base del busto se necesitaron numerosos viajes, efectuados por decenas de hombres de la zona que se encargaron de llevar los materiales con los que se ejecutaría la obra. Todo el proceso transcurrió bajo la atención de Sánchez Silveira, quien estuvo en varias ocasiones en la zona de Ocujal velando por los preparativos de la instalación del busto. Un detalle cuidado especialmente fue la petición realizada por Gonzalo de Quesada, de que la posición del busto una vez emplazado sobre su base fuera tal que justo después del mediodía, entre las 13 y 14 horas, el sol iluminara de frente la figura del Maestro, lo cual se cumplió con suma precisión.

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El busto de Martí fue enviado por Quesada a Sánchez Silveira a través de Express República, con la indicación de que fuera trasladado de inmediato a Ocujal para que una vez colocado sobre el pedestal quedara tapado, a la espera de la llegada del grupo de expedicionarios que lo develarían. El traslado de Santiago de Cuba a Ocujal se realizó vía marítima empleando la goleta Glenda, una de las embarcaciones que habitualmente cubría esa ruta, llegando hasta Pilón. (Continuará)

Referencias:

Marchante-Castellanos, C. M (2012). De cara al sol y en lo alto del Turquino. Oficina de publicaciones del Consejo de Estado.

Núñez- Jiménez, A. (2022). El Libro del Turquino. Editorial Científico-Técnica.

Xiqués-Cutiño, D. (2018, mayo 24) ¿Cómo, cuándo y quiénes colocaron el busto de Martí en el Pico Turquino? Granma.

Palabras clave
José Martí
Historia de Cuba
Pico Turquino

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